La Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo valora el sentido y los alcances del fallo emitido por el Juzgado de Letras de Valdivia por el caso “desastre ambiental ocurrido en el humedal del Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, en el río Cruces”, contra Celulosa Arauco y Constitución del grupo Arauco.
Además de sentirnos conformes con la decisión del Tribunal apoyada en la evidencia técnica presentada por científicos y peritos, queremos relevar que otra empresa del grupo Arauco, Forestal Valdivia, está en proceso de certificación de su manejo forestal “sustentable”, a través del sello Forest Stewardship Council (FSC).
Desde este punto de vista, como agrupación preocupada del manejo sustentable del bosque nativo, nos preguntamos con base si tras este nuevo episodio, ¿debería permitirse que una empresa logre vender su madera certificada FSC y disfrute de los beneficios de usar el buen prestigio del sello para promover sus actividades y productos mientras que una parte de sus operaciones, en este caso Arauco, está infringiendo los principios básicos del FSC?
La respuesta es clara. El impacto del modelo forestal de las grandes industrias se ve reflejado en este caso emblemático de carácter nacional. El daño al ecosistema donde vivían miles de cisnes de cuello negro y otras especies es tan relevante como el impacto que generan las grandes extensiones de monocultivo que tiene la empresa Forestal Valdivia, en relación a la pérdida de biodiversidad, pérdida de bosque nativo, conflictos con comunidades indígenas y el impacto de las plantaciones sobre el agua que es vital para todos nosotros.
Las empresas forestales, en general, han tenido que avanzar en mejorar sus prácticas para obtener este tipo de certificaciones internacionales. Pero también la ciudadanía, las comunidades campesinas e indígenas, han avanzado en exigir que las grandes empresas instaladas en los territorios respeten la cultura, las personas, al medio ambiente y que no sólo prime lo económico en la toma de decisiones.
La condena a Celulosa Arauco como responsable del daño ambiental sufrido por el Santuario del Río Cruces, fortalece a la sociedad civil y comunidades rurales en demostrar que crecimiento es distinto a desarrollo.
Fuente: Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo.
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